sábado, 5 de junio de 2010

Intertexto

Aunque te abraces a la luna, algo que yo te dejé a contramano de la resaca del carnaval va a quedar adentro tuyo siempre. Yo controlaba ese juego, yo tenía ese suero que alegraba los corazones del mundo entero. Cuando el amor se tomo unas vacaciones, dejaste que el dolor te curtiera la piel, dejaste tus caricias en mi piel; no iba a ser yo la que te regale rosas sin espinas, no iba a ser yo la que te brinde sus ojos; supongo que no iba a ser yo la que te preste un beso, te preste calma. Supongo que nada es para siempre.

Ahora cruzo sin mirar las avenidas, fumando el humo mientras todo pasa. Soy yo la que riega los jardines sin soles, la mejor compañera del frío. Respiro hondo, tomo el vino y entiendo que el pasado nunca es en vano. Cansada de soñar, te vengo a pedir que no me lastimes con tus crímenes perfectos. Tengo en la mano la carta para jugar el juego cuando quieras. Después de todo, seguís teniendo la receta justa para hacerme sonreír, y yo sigo buscando esa sonrisa que vuelva a darme la vida. No hay más estrellas que las que dejes brillar, la carretera es larga sólo cuando uno mira hacia atrás. Yo sigo esperando que me des ese beso que humille a mi soledad y que todo vuelva a ser como ayer; que todo vuelva a mí una vez más; que te duermas abrazándote siempre a mí; que lo que no se perdió se vuelva a transformar; dejar de escribir poemas reprimidos y poder soñar con un beso al regresar; no sentir un otoño vacío en el centro; decir esas palabras que no pude decir; seguir siendo testigo de esa magia que nos condenó a no dejar de ser dos amantes del montón. Espero que vuelvas con todo el equipaje que te llevaste... que el destino se vengue de nosotros por no haber creído en él, que se haga notar. Pero aquí estoy tan sola en la vida, que mejor me voy.

Voy a seguir guardando mis sueños en castillos de cristal y a desperdiciar la belleza tirada en la mesa. Me quedo con lo poco que queda entero en el corazón. Supongo que no iba a ser yo la que te preste un beso, te preste calma. Supongo que nada es para siempre. Ayer nomás tu sol me entusiasmaba.