Las puertas giratorias giran buscando un rumbo al cual seguir. Se pierden entre las direcciones que les entrega el porvenir.
Como perro que persigue su propia cola, las puertas se encierran en ellas solas. Se quedan a la espera de algun Dios que encuentre la salida y las diriga hacia la entrada.
Las puertas giratorias pasan sus noches entre prisas, y ahuyan desesperadas intentando encontrar sus indefinidas cornizas.
Como perro que persigue su propia cola, las puertas se encierran en ellas solas. Se quedan a la espera de algun Dios que encuentre la salida y las diriga hacia la entrada.
Desean abrir sus encrucijadas y encerrarlas en un cajon. Y cantan hasta romper sus vidrios y agrietarlos cual corazón.
Porque las puertas siguen buscando un rumbo al cual seguir...