lunes, 26 de abril de 2010


Una gota que cae. Una puerta que se cierra. Una aguja de reloj cucú que gira y una espera eterna. El viento que me arrastra y me golpea en la cara, cachetadas de aire que a veces hacen falta. Suaves aleteos, una lagrima cayendo. Respiraciones hondas, profundas. Indicios de una lluvia lenta, una lluvia interna. De repente quiere estallar, una gota agrieta la ventana y su aureola se convierte en un mar.