jueves, 29 de julio de 2010

En el horizonte

Si hacemos luto por cada aureola fundida en agua de rio, viviremos contemplando algo perdido. Si nos pasamos la eternidad haciendo ovillos para un futuro inalcanzable, jamás cosecharemos el presente... al menos no en esta galaxia. Pongamos freno de mano a los que caminan en puntas de pié, olvídense del taco alto. Respiren aire puro que hace bien, el ser humano no evolucionó tanto. Todavia nos reimos porque sí, todavía que nos arropen nos hace sonreir, una melodía simple nos puede desnudar y vivir el presente es lo que nos hace disfrutar.
Un mañana que nunca llega, una carretera eterna es todo lo que el porvenir nos puede prometer. Si no sabemos el futuro, ¿por qué nos esforzamos tanto por lograrlo? Siempre hay altibajos, no es algo que se pueda prevenir, tampoco es un accidente. Yo no llevo equipaje y no quiero ningún cinturon de seguridad, llegaré a donde tenga que llegar. Prefiero la teoría "jamaica no problem", vivir el presente y así nada va a faltar.

To be or not to be

Nunca entendí a los yanquis. Para ellos, ser y estar se dice igual: to be. ¿Pero es lo mismo ser que estar? ¿Estar comprometido es lo mismo que ser comprometido? ¿Estar consciente es lo mismo que ser consiente? ¿Ser maldito es lo mismo que estar maldito? ¿Es lo mismo ser engañado que, que estar engañado? ¿Es lo mismo ser que estar? ¿Estar loco es lo mismo que ser loco? ¿Estar despierto es lo mismo que ser despierto? ¿Estar aburrido es lo mismo que ser aburrido? Ser o no ser, esa es la cuestión. Pero no, esa no es la cuestión, porque ser y estar no puede ser lo mismo. Sí, claro se dice igual. Pero depende el contexto quiere decir una cosa o la otra. Claro el contexto, ¿no? Porque ser idiota no es lo mismo que estar idiota por alguien. Sí, uno puede estar triste, pero ser una persona triste es otra cosa, porque si vos estás triste se te va a pasar, pero si sos una pobre mina o un pobre tipo patético y triste, eso es para siempre. Estar seguro no es lo mismo que ser seguro, ¿no? No es lo mismo estar resentido que ser resentido. Pero si estás resentido, ¿no será porque de alguna forma lo sos? ¿Es lo mismo ser inseguro que estar inseguro? Estar inseguro es no tener certezas, pero ser inseguro es tener la certeza de que no valemos. Estar impactados no es lo mismo que ser impactados, pero a veces... se parecen demasiado. Estar idiota uno se lo banca, pero ser idiota, no. Telón. Uno quiere ser, quiere ser el amor de alguien, el sueño de alguien, uno quiere ser alguien en la vida de esa persona que ama. Ese deseo de ser nos puede confundir. No dejarnos ver que no somos, sino que estamos transitoriamente en la vida de alguien.

miércoles, 28 de julio de 2010


Una y dos sonrisas

No se puede tener un amigo tan bueno como Emilio. Él me ama, me lo dice todo el tiempo. Daría absolutamente cualquier cosa por mi, me lleva a todos lados, me ayuda con todo, siempre está cuando lo necesito, y para lo que necesito. En las tardes acaloradas de verano, me da aire fresco; en las noches frías de invierno, me teje mantas y abrigos; cuando no llego a lugares muy altos, me da escaleras o me hace upa (aunque le pese mucho); cuando me siento mal, me cura, y se preocupa enormemente; cuando me pongo mal porque algún chico no me da bola, dice que es un tarado y que no sabe lo que se pierde, y me explica que en su lugar haría todo lo contrario; cuando necesito hablar, es con quien tengo las mejores charlas; y, cuando no puedo ni hablar de lo asombrada o asustada que estoy por algo, él dice que entiende todo simplemente con mi mirada… en fin, no hay nadie más incondicional que él. Siempre dice que tengo una sonrisa contagiosa y una risa estrepitosa pero a la vez hermosa, dice que podría estar días mirándome y no se aburriría (aunque yo no creo que sea así). No hay nadie tan bueno como él, tan sincero, tan calmado, tan compasivo, tan amante de la paz.

El otro día, me llevó al cine y vimos una de esas películas pochocleras y predecibles mientras nos agotamos todas las lágrimas de los ojos y engordamos como veinte kilos de chocolate con maní que llevamos escondidos en los bolsos. Más tarde, me llevó a caminar por un jardín hermoso que yo no conocía, me dijo que era un jardín secreto que había encontrado y me explicó la historia de cada flor mientras las comparaba conmigo. Yo no paraba de reírme.
Empezó a anochecer, y me dio frío… como dije, ni bien le avisé corrió a buscar una campera suya y me la puso sobre los hombros. Yo me quedé sentada en el piso un rato contemplando las constelaciones de estrellas y fotografiando las que iba encontrando para mi colección de constelaciones todavía no reconocidas. Él mientras, me miraba, se reía y negaba con la cabeza; me hacía acordar al chico de la película que habíamos visto… se reía del mismo modo: mirándome con ternura y riéndose de mis payasadas, pero no decía ni una sola palabra. Un tiempo después supuse que se estaba aburriendo, y le dije: “hagamos algo juntos, así no te aburrís”, pero me explicó, otra vez, que conmigo era imposible aburrirse porque mi risa era contagiosa, y como vivía sonriendo, él también lo hacía; y eso le gustaba.
Nos quedamos un rato hablando, hablamos de todo un poco… de las vacaciones, de las mascotas, de los estudios, de nuestras amistades, de nuestras familias y del chico que me hacía llorar todos los días… después de eso; él me dijo, por primera vez, que estaba sufriendo por amor porque estaba enamorado de una chica que a su vez, estaba enamorada de otra persona. Me llamó la atención, porque nunca antes me había hablado de esta chica, pero cuando se lo dije, me indicó que siempre me hablaba de ella, y me decía que tenía la sonrisa más contagiosa de todas. Inmediatamente después le pregunté entre risas y con tono de broma: “¿más que la mía?”. Me miró a los ojos un momento, y después dijo: “como digo siempre, no hay más que la tuya”. Definitivamente, no me gustaba que diera ese tipo de vueltas… se enroscaba solo: ¿Cuál era más contagiosa? ¿La de ella o la mía? Él, se volvió a reír como el de la película… negando la cabeza; pero esta vez dijo, entre susurros, algo que entendí como “qué ingenua”, pero siempre con una sonrisa dibujada en el rostro, por lo que supuse que había entendido mal. Seguimos hablando de esa chica un buen rato, y le pregunté qué iba a hacer. Me dijo que por nada del mundo dejaría de escuchar su risa todos los días, pero cuando le expliqué que no tenía que hacer como yo, que no debía verla todos los días… porque iba a sufrir. Le advertí que era algo difícil de hacer, pero que por lo menos valía la pena intentarlo. Supuse que lo había entendido, y esperaba que fuera así: no tenía sentido ver todos los días a alguien, si a uno le hace mal.
Me recosté sobre sus piernas y me dormí profundamente. Él también se durmió.
A la mañana siguiente me desperté y estaba sola. Se había ido, pero me había dejado una notita pegada en mi bolso (que ahora que sus piernas no estaban, cumplía la función de almohada). La notita decía: “Nunca me voy a olvidar de tu sonrisa, ni siquiera aunque lo intente”.

Nunca más lo volví a ver. Esa mañana volví caminando sola hasta mi casa desde ese jardín secreto en el que me despedí de él. Seguro se fue para olvidarla, y si así fue… espero que no la vuelva a recordar.

sábado, 17 de julio de 2010

"EL ÉXITO NO ES PERMANENTE, Y FRACASAR NO ES MORTAL"

Mike Ditka





Don't get me wrong if I'm looking kind of dazzled; I see neon lights whenever you walk by. Don't get me wrong if you say hello and I take a ride upon a sea where the mystic moon is playing havoc with the tide; don't get me wrong. Don't get me wrong if Im acting so distracted; I'm thinking about the fireworks that go off when you smile. Don't get me wrong if I split like light refracted, I'm only off to wander across a moonlit mile. Once in a while, two people meet seemingly for no reason they just pass on the street; suddenly thunder, showers everywhere; who can explain the thunder and rain? But there's something in the air...

para contarte canto
quiero que sepas cuánto
me haces bien

miércoles, 14 de julio de 2010

C O L E G I O

Estoy odiando al colegio. No a mi colegio. Colegio en general. La palabra colegio me da nauseas.
C O L E G I O.
No, definitivamente no me simpatiza.
No lo digo como nenita caprichosa, para nada. Solamente siento que no me alcanza el día para estudiar, y no puedo hacer las cosas que realmente me gustan. No me disfruto. Y como soy sumamente pesimista (era de esperar), no puedo evitar pensar en: "¿y si me muero mañana? ¿viví todo esto y fue al pedo porque aprendí tantas cosas para un futuro que nunca llegó?". De verdad es una idea que me atormenta. Quiero por lo menos un m i n u t o para hacer lo que quiero, sin que eso implique una materia en diciembre, porque sé que ese minuto se multiplica después en las vacaciones. Esa idea tampoco me gusta.

Gracias a dios que ya llegan las vacaciones, porque el colegio me está atormentando. Necesito mi guitarra, mis CD's, mi teclado, mis fotos, mis libros, mis amigos, mis noches, mis fiestas, mis histeriqueos de pendeja. Si necesito eso, y? Todos los necesitamos alguna vez, y estoy estudiando taaaaaanto que creo que me merezco una dosis.

viernes, 9 de julio de 2010

Te puedo ayudar?

Cuando a alguien le pasa algo realmente feo, uno no sabe que decir. No sabe porque no hay mucho más para decir aparte de esa tipica cursilada horrorosa de "estoy siempre". Además, no tiene sentido decirla porque si esa persona fue a contarte eso, es porque sabe que estás. Y es lógico que viene a decirte esto para que lo ayudes, no para que le digas que lo podés ayudar cuando quiera. Él ahora quiere que lo ayudes, y vos no podes ayudarlo; entonces no mientas. No le digas "estoy siempre".
"YOU HAVE ONLY THREE CHOICES: RUN, HIDE OR DIE."
Danielle Rousseau

miércoles, 7 de julio de 2010

Tu instinto esta de mi lado

Te veo. No me mirás. Me deprimo.
Te veo. Me mirás. Me doy cuenta de todo lo que me querés.


Pueden decirme que no, pueden intentar con toda la furia hacerme la cabeza, puede que digas que no quieras. Yo se que sí. Te conozco, y aunque no te conociera.. la forma en que me mirás, cuando me sonreís timidamente, cuando me pedís, cuando me escuchás, cuando escucho tu voz hablandome. Ahí me doy cuenta de que aunque digas que no, algo te pasa. Tu instinto te trae a mi. A ellos deciles que no, mentiles, mentite a vos mismo si querés... pero a mi no. Mucho no va a durar tu mentira porque tarde o temprano (aunque ya es bastante tarde) te vas a dar cuenta de que si te sueltan las riendas venis a mi. Nadie me niega lo que te pasa, ni vos. Te veo y me doy cuenta, te conozco. Sos parte de mi sangre, sos algo innegable. Pueden decirte infinidad de cosas, pueden hacerte pensar que no querés estar conmigo, pueden creerse todas tus mentiras... y vos tambien te las podes creer. Yo te conozco demasiado para eso.
Cambia las fichas del tablero todas las veces que quieras, pero siempre se van a reacomodar y el juego va a estar en mis manos (y en tu corazón). Compra cientos de ventiladores, pero el barrilete siempre va a ir a favor del viento. Construí barcos para alejarte, viaja hasta al horizonte... pero no te olvides que el mundo es redondo, y vas a volver. Podés afinar la guitarra todas las veces que quieras, pero sola se va a desafinar; es su naturaleza, su destino. No se pueden borrar las rayas de las zebras, no se le puede sacar la melena al rey león. No hay moneda con doble cara, no hay frutilla sin melón. No existe tu mirada sin tu sonrisa; si no hay mar no hay puesta de sol. Tratamos siempre de ser mas fuertes, pero nos gana el corazón.


Impulsos. Llamados. Alertas. Señales. Voces. Sueños. Fotos. Almas. Deseos. Represión. Fuentes. Campos. Caminos. Laberintos. Penales. Llantos. Cantos. Goles. Pesos. Estudio. Karma. Instinto. Amor.

jueves, 1 de julio de 2010

Todo un espectáculo

Ya estoy listo, escondido detrás del telón. En unos minutos nomás, estallare en llamas multicolores. En unos minutos nomás, le prestaré al cielo mis luces momentáneas, fugaces, volátiles. En unos minutos nomás iluminaré la noche, y junto con mi fin comenzará un nuevo año.
Se estrellan las copas y yo huyo de mi momentáneo resplandor; solo quedan en las alturas destellos de luz, parecidos a lentejuelas plateadas que se confunden con el siguiente número del show.
Me despiden sin destino alguno; ahí broto, para luego florecer y marchitar más rápido que cualquier otra flor. Dicen que me desvío, pero ¿de qué camino? no tengo entendido que debo llegar a ninguna parte. Mi única propuesta es arrojarme, arrojarme a ningún lado.
Cuando exploto llego al mayor grado de éxtasis. Descargo toda mi luz, que luego pasa a ser la sonrisa de los espectadores. Exhalo mi último suspiro, cierro los ojos y siento el latido más fuerte de todos.